En los meses estivales es frecuente que la mayoría de los lugares cerrados tengan el aire acondicionado encendido. Debe tenerse cuidado con el aire acondicionado, ya que reseca los ojos incluso más que la calefacción en invierno. Si a esto le sumamos además que las altas temperaturas y la escasa humedad en ciudades o pueblos de interior generan una sequedad ambiental significativa, existe un riesgo mayor de empeorar los síntomas de ojo seco, consistentes en picor, escozor, visión borrosa, fotofobia y sensación de cuerpo extraño persistente en el ojo.
Por estos motivos es conveniente programar el aire acondicionado a temperaturas entre los 21-22ºC y los 25-26ºC durante el día, y evitar que esté encendido durante toda la noche (recomendable programar las primeras 1-2 horas de la inducción del sueño). Incluso sin síntomas, es recomendable el uso habitual de lágrimas artificiales, y en caso de usar lentes de contacto, no prolongar su uso de forma excesiva, y mantener una adecuada higiene de estas.
Como resumen, te exponemos los principales cuidados que debes tener para que tus ojos lleguen al otoño en las mejores condiciones tras los meses de calor:
- Evita la exposición solar incontrolada, y no mires directamente al sol, incluso con gafas de sol.
- Utiliza gafas de sol con filtro UV adecuado y homologado.
- En los baños en el mar y piscinas evita el uso de lentes de contacto y, si puedes, utiliza gafas de natación para evitar el contacto con irritantes y agentes infecciosos.
- Recuerda que el aire acondicionado y la sequedad ambiental puede tener un efecto perjudicial para la superficie ocular. Úsalo con prudencia y lubrica tus ojos a diario con lágrimas artificiales.
- Ante la aparición de cualquier síntoma o signo ocular anormal relacionado con cualquiera de los puntos que hemos comentado (exposición solar, baños, sequedad ambiental…), consulta con tu profesional de la visión para valorar las posibles lesiones causadas y aplicar el tratamiento que sea necesario.