El verano es la época de año en que existe una mayor exposición a la radiación ultravioleta (UV). Los rayos UV no solo producen quemaduras cutáneas, sino que también pueden dañar los ojos, pudiendo producir desde queratitis superficiales (quemaduras corneales), a acelerar la progresión de cataratas o lesiones conjuntivales (recuerda visitar nuestro post sobre la pinguécula y pterigium), o producir quemaduras en la retina (sobre todo por mirar directamente al sol). Las lesiones pigmentadas y tumores, además de en la piel (recordad que el párpado tiene una piel muy fina y sensible, y también nos preocupa a los oftalmólogos) también pueden aparecer en los ojos, siendo el melanoma coroideo el tumor ocular maligno primario más frecuente, relacionado estrechamente con la exposición solar, así como otros tumores palpebrales como el carcinoma basocelular o epidermoide.
Para proteger tus ojos de la radiación UV recuerda no mirar nunca directamente al sol, incluso llevando gafas de sol. Evita la exposición solar en las horas de mayor radiación (horas centrales), y utiliza gafas de sol con filtros homologados que bloqueen el 100% de la radiación UV (si tienes dudas sobre si tus gafas tienen el filtro adecuado, consulta en tu óptica de confianza, cuyos profesionales podrán hacértelo saber con certeza). Esto es importante, ya que las gafas de sol sin adecuado filtro podrían ser incluso más peligrosas que no llevar nada, al dilatar las pupilas y permitir un mayor paso de radiación UV al «fondo de ojo». Recuerda que, si tienes graduación, y necesitas gafas para ver bien, las gafas de sol pueden ser graduadas, o puedes acoplar un suplemento de sol a tus gafas de ver, para estar adecuadamente protegido del sol. Una duda que os suele surgir es si los niños deben usar gafas de sol… ¡Efectivamente! Los ojos de los niños son incluso más sensibles al sol, por lo que también los niños deben usarlas.
Los síntomas de una queratitis actínica (o quemadura solar corneal) son el enrojecimiento, escozor y fotofobia, por lo que ante su aparición tras una exposición solar continuada y sin protección, deberías consultar con tu oftalmólogo para realizar un tratamiento y prevenir posibles complicaciones.